Mari Carmen Rosas/Minatitlán
La familia de Juan Bernardo espera justicia divina para los asesinos, “tarde o temprano todo sale a la luz”.
Juan Bernardo fue localizado desnudo y con el cráneo destrozado en el río Coatzacoalcos en Minatitlán la causa de muerte “traumatismo craneoencefálico”.
La señora Paulina Argüelles cuenta que el 8 de marzo Juan Bernardo salió alrededor de las 12 de la noche y ya no regreso a casa, “lo buscamos hasta que apareció al otro día en las aguas del Río”, recuerda.
El cuerpo de Juan Bernardo presentaba diversos golpes en la cabeza. Por lo qué la familia asegura que no fue accidente y mucho menos que se metió a nadar y se ahogó.
Sin embargo, no creen en la justicia terrenal, “cuantos casos hay sin resolver en la fiscalía”, expresan. Además al ser una familia humilde no hay recursos ni tiempo, “poner una denuncia cuesta dinero”, para pagar los gastos del funeral pidieron cooperación.
Es por eso que han dejado la justicia en las manos de Dios y la o las personas que hicieron el mal paguen.
Juan Bernardo era dueño de Oliver desde hace seis años, el lomito de raza pitbull se lo regaló un señor en Veracruz.
Hace 7 meses había regresado a Minatitlán, y se le podía ver en las calles, realizando diversos trabajos para ganarse la vida y poder alimentar a su mascota.
“El trabajaba para Oliver, lo cuidaba, era su vida”, la familia relata que Juan vendía plástico, chatarra, hacía mandados, hacia de todo para conseguir el alimento de su fiel lomito, relata Jesús Hernández, hijo de la víctima.
La muerte de Juan Bernardo consternó al sur de Veracruz, Oliver su fiel compañero acompañó el féretro arriba de la lancha y no se separó de él hasta que fue sepultado en el panteón “ la cuchilla” en la congregación de Capoacan, la famosa Isla como algunos la llaman.
Oliver quedará al cuidado de la familia de Juan Bernardo y aunque no podrán sustituir el afecto y la conexión que ellos tenían, prometen cuidarlo, protegerlo y amarlo.