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Mari Carmen Rosas/Minatitlán
El último adiós a Manuel fue en medio de aplausos, llanto y dolor, “mi hijo fue amado, me llena de orgullo, muchas gracias”, expresó su padre.
Manuel era conocido como Bones (huesos), en su funeral, se encontraban sus hijas, una pequeña que sostenía un peluche, y una niña adolescente que comprende que su padre ha muerto.
Se hizo el último pase de lista por compañeros de cambiadores de calor de Pemex, y todos gritaron por Manuel “presente”.
Fue el pasado 23 de febrero que un incendio en la refinería Lázaro Cárdenas provocó que cinco Trabajadores resultaran con quemaduras.
Los empleados de Pemex se encontraban en una altura de 10 metros, algunos resultaron con quemaduras en los brazos, el cuerpo y rostro.
Manuel, tenía quemadas las piernas y la cara, se dice que perdería la vista, pero corrió con la misma suerte que Leopoldo y Alan y falleció en el hospital.
Bones era un experto en el Graffiti Art, a su mejor obra le llamó “El sistema”, tal vez porque siempre sintió ir en contra de la corriente, y se oponía a ser controlado por máquinas (Televisión, celular, religión), era fiel a sus ideas de libertad, a sus pensamientos y a su estilo de vida.
“Si, yo lo conocí por un amigo que lo invito a rayar la barda de un vecino de mi casa. Al día siguiente, gritos que pegaban que rayaron su barda, un tal pinché bones”, recuerdan, que así inicio, pintando bardas, e incluso una que otra vez piso la cárcel por estar creando arte, dos o tres días y salía, en cada aventura perfeccionando la técnica.
Pintar era por diversión, pero a la gente le gustaba y le pedían que le realizara dibujos en la piel, es así como se vuelve Tatuador, “hoy miraré las marcas en mis brazos y me acordaré de él”, amiga de Bones.
Al poco tiempo se volvió el graffitero más famoso de Minatitlán, lo comenzaban a llamar para pintar bardas, cuadros, negocios, todo esto lo equilibraba con su puesto en Pemex, pues era de planta.
La muerte de bones enluto de nuevo a los petroleros, apenas se había sepultado a Leopoldo y Alan, y Manuel falleció.
Algunos conocían su trabajo, otros tal vez no, pero hoy en Minatitlán conocen a Bones y su firma.
“Manuel fue mi mejor amigo, y como siempre dijimos el hermano que nunca tuve, ni se va, simplemente agarro otro camino, y el vacío que está dejando en nosotros seguramente lo va a llenar pintando en otro lado, cabrón, y si no lo conocían de esa forma, que bueno que hoy lo conocen, porque se fue Manuel pero hoy inicio la leyenda”
“Hoy mirarán su firma (Bones) en cada rinconcito dela ciudad en Minatitlán, en cada bar, en cada baño, en cada letrero, en cada esquina, en cada muro”.
El féretro color negro de Bones se llevó cada uno de los mensajes escritos por familiares y amigos, al ir bajando el ataúd a la bóveda aventaron plumones, aerosoles y objetos de valor sentimental, su tumba quedó adornada con coronas y flores en el panteón del ejido Tacoteno.